EMPRENDEDOR-MECANICA AUTOMOTRIZ

Claudio Novoa estudió Mecánica Automotriz en la antigua sede de INACAP Valparaíso, y hoy, instalado en Estados Unidos, trabaja nada más ni nada menos que en la Indy Car, específicamente en el equipo Roth Racing, como mecánico del piloto John Andretti.
“Siempre quise estudiar mecánica, ya que mi sueño era competir en autos de carrera, cosa que hice durante 5 años antes de venirme a Estados Unidos en octubre de 1999. Fui integrante y corredor del Club de Automovilismo de Quilpué (ciudad en la cual vivía), igual como lo fue mi padre”, nos contó Claudio.
Poco a poco fue ganando experiencia en su rubro. Trabajó en distintos talleres mecánicos, en Kovacs/Coinver, como Sub Jefe de taller en la parte de Daewoo y en Nissan… mientras que, a la vez, preparaba su Fiat 600 de carreras.
Con toda esta experiencia a su haber, instaló junto a un amigo su propio negocio en Quilpué, el cual tuvo durante tres años: “Automotriz 21 de Mayo”. Luego de eso estuvo dos años en Citroen Carfell en Viña del Mar, hasta que emprendió rumbo a Estados Unidos: “Sentía que en Chile ya no pasaba nada en cuanto a mi trabajo y aún me faltaban muchos sueños por cumplir. La cosa no estaba muy buena econonómicamente hablando y desde hace un buen tiempo tenía el bichito de irme a Estados Unidos. Eso sí, nunca pensé que en tan poco tiempo me iría tan bien”.
Ni Eliseo pudo
Pese a que tuvo la suerte de encontrar rápidamente empleo, y en el área mecánica, el comienzo de Claudio en Estados Unidos fue de mucho esfuerzo. De día se ganaba la vida en una compraventa de autos, en las tardes y noches ordenaba y hacía el aseo en las oficinas de un hospital, mientras que los fines de semana trabajaba en un hotel.
“Me fui ‘a lo que saliera’. Tengo una prima en Miami que me dio algunas pautas de cómo hacer las cosas acá. Después de cuatro años un amigo me introdujo en el mundo del automovilismo, pero antes me dediqué a aprender el idioma y a poner en orden mis papeles, algo imprescindible para trabajar en este nivel del automovilismo americano. Yo sabía que podría trabajar en ello y que no sería tan difícil. Me puse metas, porque el que la sigue la consigue”.
Y gracias a ese empuje y tesón logró cambiar aquellos tres trabajos por uno solo, pero muchísimo mejor, en un taller mecánico de Florida, donde estuvo durante 2 años y medio. A su vez, arrendó un pequeño local donde hacía sus “pitutos”…así juntó unos dólares más.
“Ahí me enseñaron a trabajar muy bien al ‘estilo americano’, en lo que se refiere a mecánica, porque acá se trabaja con muchas herramientas de aire, y todo es muy rápido…el tiempo es oro y se paga muy bien. Es muy diferente a cómo se trabaja en Chile. Gracias a Dios nunca me ha faltado nada y he tenido mucha suerte. Es como si siempre hubiera vivido acá… Parece que estaba escrito que esto fuera para mí”.
De esta forma, las cosas se dieron para que Claudio llegara a trabajar en 1993 a su primer equipo de carreras, el Barber Dodge Pro Series. Pero éste cerró sus puertas luego de 15 años de existencia. Fue ahí cuando lo contrataron en el equipo de Porsh, de la serie Grand-Am Orbit Racing, con el cual obtuvo el Segundo Lugar en las 24 horas de Daytona.
Ahí alcanzó a estar sólo 4 meses, ya que lo llamaron del equipo Team Rahal, de la Indy Racing, para ser mecánico de Buddy Rice. Ese año, el 2004, corrió sus primeras “500 Millas de Indianápolis”… ¡y triunfó! “Ganamos todo. La Pole Position, la carrera… he sido el único chileno en ganar las 500 millas… Ni Eliseo pudo”.
Y así se siguieron sucediendo los equipos: Team Synergy, de la Daytona Prototipo, donde estuvo como segundo mecánico; Minardi Team, de la Champcart Series y, finalmente Roht Racing, un proyecto nuevo de la Indy Car, donde actualmente se desempeña también como segundo mecánico.
“Me fascina lo que hago. Era mi sueño… y se hizo realidad. Me encanta preparar autos de carrera, hacerlos andar muy rápido; viajar por muchos lugares, conocer gente y a pilotos famosos que antes sólo veía en televisión… y ahora trabajo junto a ellos, imagínate”.
Valentía, sabiduría y suerte: la mezcla perfecta
Aunque reconoce que al comienzo es un poco duro, Claudio recomienda salir del país a ganar nuevas experiencias a través del conocimiento de una cultura diferente. “Hay que ser valiente y arriesgado a la vez, y siempre se debe pensar en forma positiva, teniendo en mente que las cosas sí se pueden hacer y que uno puede llegar donde se lo propone.”
Ante la pregunta si quiere regresar a su país natal, nos contesta que sí, porque extraña mucho y porque, además, quiere instalar un negocio e impartir clases en INACAP para compartir sus experiencias en Norteamérica.
¿Qué se vislumbra en su futuro profesional? Más autos de carrera y algunos proyectos “que más adelante tal vez los sepan”. ¿Algún otro sueño? “Tener mi propio equipo en Estados Unidos, traer a un piloto chileno y ponerlo a ganar carreras… y quien sabe si lo convierto en el primer piloto chileno que gane las 500 Millas de Indianápolis”.
Y finaliza: “Me considero emprendedor, porque trato siempre de conseguir lo que quiero y lo planeo todo muy bien. Valentía, sabiduría y suerte, conforman la mezcla perfecta para enfrentar esta hermosa vida, sin tener que pasar a llevar a nadie en el proceso”.

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